Hoy pensaba que regalarle a mi madre y muchas cosas se me cruzaron por la mente, cosas hasta sin importancia, algunas de mucho costo y otras más sin sentido.
Mientras transcurrían los minutos, en actitud dubitativa me encontró mi madre en el cuarto, siempre tan radiante, con esa sonrisa y esa mirada tierna y saben, me perdí aún más, sólo les digo, volé.
Mientras transcurrían los minutos, en actitud dubitativa me encontró mi madre en el cuarto, siempre tan radiante, con esa sonrisa y esa mirada tierna y saben, me perdí aún más, sólo les digo, volé.
Me fui hasta esa edad en que si me sentía mal o bien, no importaba; cuando sentía que con ella a mi lado nada me iba a lastimar, cuando me hacía dormir en sus faldas, cuando acariciaba mi cabeza y me decía que nada me pasará, nada…
Y recordaba cuando me ayudaba con las tareas de a diario, me llevaba al colegio o me cambiaba de ropa, luego de bañarme; en aquellas reprimendas por alguna travesura sana hecha, por no tomar la sopa a tiempo casi como hasta ahora lo hace y quiero que lo siga haciendo…
Como cuando reniega por desabrigarme o por tomar cosas heladas, como cuando llegué tarde sin avisar y ella, prácticamente se durmió en el sillón, por esperarme; o aquellas veces que renegué porque me increpó por algo que no hice o hice mal, en fin tantas cosas…
Y ahora la veo, como siempre, como ayer… y entonces me di cuenta de algo, que en realidad el mejor regalo para ella, era sólo quererla y entregarle mi vida ahora, como ella siempre lo hizo conmigo, no hay mejor regalo para ella, que siempre recordarla y llevarla conmigo, por más lejos que me fuera o por más viejo que me hiciera…
Gracias ma’ por estar a mi lado, ¡¡¡Siempre estarás allí!!!
GABO --- 09/May/09